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21 de julio de 2020

La motricidad fina y gruesa: la importancia en el desarrollo infantil.

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La motricidad fina y gruesa: la importancia en el desarrollo infantil.

Antes de comenzar a explicar por qué es primordial el desarrollo de la motricidad, explicaremos que es lo que significa cada una de ellas.

¿Qué es la motricidad?

La motricidad hace referencia al control que el ser humano es capaz de ejercer sobre su propio cuerpo. Se trata de un dominio integral.

la motricidad incluye aspectos como la intuición, la espontaneidad, la coordinación ojo-mano o la creatividad.

Tiene que ver con la manifestación de intenciones y de la propia personalidad.

Motricidad fina

La motricidad fina y gruesa: la importancia en el desarrollo infantil

¿sabemos en qué consiste realmente? todas aquellas actividades en las que necesitamos un control de nuestras manos, nuestros dedos o de nuestros pies.

Dentro de estas, hablaríamos de hábitos tan cotidianos como cepillarnos los dientes, abrocharnos una camisa, usar los cubiertos, atarse los cordones o, incluso, escribir.

Entre los 3 y los 6 años es cuando los peques se encuentran en la mejor etapa para desarrollar esta habilidad.

motricidad gruesa

Es la habilidad de manejar el cuerpo para hacer movimientos grandes. Esta capacidad se debe desarrollar en los primeros años de vida para seguir con el proceso de crecimiento y maduración de manera adecuada.

Al desarrollar la motricidad gruesa se ejercitan grandes grupos de músculos.

Los niños tienen que aprender a controlarlos para ser más precisos en sus movimientos, ejercitar su equilibrio y su coordinación.

Ahora bien, la importancia de la motricidad o actividad física es fundamental para los niños porque no solo les ayuda a crecer sanos en el aspecto físico, sino también a desarrollarse cognitiva, emocional y afectivamente, permitiéndoles entender su cuerpo, las posibilidades que ofrece, cómo expresarse y cómo relacionarse con el entorno.

Por este motivo es fundamental trabajarla en Educación Infantil, principalmente a través del juego

TRES AREAS

Locomotrices: caminar, correr, trotar, saltar, reptar, rodar, escalar, etc.

No locomotrices: control y dominio del cuerpo en el espacio. Entre estas habilidades hallamos: balancearse, voltear, retroceder, colgarse, etc.

Proyección/percepción: mani­pulación y recepción de móviles y objetos. Están presentes en tareas como lanzar, atrapar, batear, etc.

Propuestas de actividades motrices para niños

Para mejorar la motricidad general (gruesa):

  • Dar pasos hacia el frente de amplitud creciente.
  • Pasar alternativamente a andar de pie a cuclillas y viceversa.
  • mantenerse en equilibrio sobre una sola pierna (ojos abiertos-cerrados)
  • Llevar una mano a la nuca. Luego lo realizará alternativamente con ambas manos.

Para mejorar la motricidad fina:

Desarrollo tónico-muscular y coordinación óculo-motora superior.

  • Presionar sobre objetos flexibles cerrando la mano.
  • Coger objetos pequeños poniendo los dedos en pinza.
  • Levantar los dedos de la mesa estando toda la mano apoyada.
  • Separar los dedos en abanico.
  • Levantar alternativamente los dedos ayudado por la otra mano.
  • Tocar con el pulgar los demás dedos.
  • Meter objetos en una caja con los dedos en pinza.

Desarrollo de habilidades manipulativas básicas. Es importante desarrollarlas en la etapa de preescolar, ya que a esta edad comienzan a relacionarse con el entorno, no solo social, también en el área de su autonomía.

¿Que son capaces de lograr los niños?

  • Amasar plastilina.
  • Realizar churros y bolas de plastilina.
  • Realizar bolas de papel.
  • Rasgar papel libremente.
  • Enrollar una madeja de hilo en un carrete.
  • Pegar bolas de plastilina en el contorno de un dibujo.
  • Prender pinzas de ropa en un cartón.
  • Doblar papel (al menos cuatro dobleces).
  • Rasgar papel en trozos pequeños.

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